Por Irene Roselló Peris. 30 septiembre 2019
ENTREVISTA
ERNESTO CASTRO: "ME GUSTARÍA SER EL TRAPERO
DE LA FILOSOFÍA"
El autor incluye en el concepto trap toda una serie de elementos que giran alrededor de la música conformando un fenómeno cultural
Para quien no conozca qué es el trap, según Ernesto Castro podría entenderse como “la música popular de una generación que estuvo en situaciones económicas tan críticas o más que las de la Guerra Civil. Es el flamenco de los millennials” y sobre este género musical versa su nuevo libro 'El trap. Filosofía millennial para la crisis en España'. La obra consiste en una autoreflexión que hace el autor para comprender por qué, a pesar de no tener nada en común con el género, lleva media década, desde que empezó a emerger el trap, escuchando compulsivamente sus letras.

Ernesto Castro y su nuevo libro 'El trap. Filosofía millennial para la crisis en España' | Errata Naturae
Pregunta: ¿Cómo surge la idea de escribir el libro y cuál era la pretensión?
Respuesta: El libro está escrito sólo para una persona, que es para mí mismo, y el objetivo es explicarme cómo yo, que soy alguien tan ajeno al mundo del trap -y en general al mundo de la música, porque no me gusta ir a conciertos y mi lugar natural es mi propia celda leyendo y escribiendo en mi casa-, me he interesado por este asunto, teniendo una vida complemente ajena a la droga, el sexo y ese tipo de cuestiones y llevando prácticamente una vida de célibe, abstemio y monje del siglo XII. El libro es más una autoexposición que toma todo el regodeo de analizar hasta 300 o 400 canciones de tres o cuatro docenas de artistas. Con el libro no pretendo parecer un trapero, no lo he escrito para ser el Señor Burns con el gorro de Jimbo, sino a la inversa, Jimbo con la careta del Señor Burns. Mi intención no es parecer más joven hablando sobre la cultura adolescente, sino al revés. Escribiendo este libro sobre el trap, lo que estoy haciendo es matar a mi yo pasado de los 20 años, que estaba obsesionado con este tipo de música y cultura.
P: ¿Qué lazos destacarías como puntos en común entre el trap y la crisis?
R: La crisis a la que yo me refiero no es la económica, aunque parto de una perspectiva marxista, según la cual, la base económica determina la superestructura ideológica y cultural, siempre entendiendo que la cultura no es un reflejo mimético de esa realidad económica, sino que requiere una elaboración y un trabajo. El elemento central sería cómo la crisis económica ha aproximado la clase media con la baja y ha fusionado los intereses o perspectivas vitales de individuos con características sociales y culturales muy distintas. En un contexto de precariedad como el nuestro, en el que he podido escribir este libro siendo doctor en Filosofía gracias a que he estado todo un año en paro, mis perspectivas económicas o vitales, la forma en que yo entiendo lo que es el orden y el caos, está más próxima a Yung Beef, que a cualquier catedrático en Filosofía que ganó su plaza con 23 años y lleva 50 chupando del bote del Estado.
"La forma en que yo entiendo lo que es el orden y el caos, está más próxima
a Yung Beef, que a cualquier catedrático en Filosofía"
P: El término "trap" está mal utilizado y el de música urbana también. ¿Cómo definirías la música que no entra en ninguno de los dos términos pero que los medios catalogan como trap?
R: No hay que ser muy “pijo” con el uso de los términos, como hacen algunos críticos musicales que pretenden imponerle a la gente la forma en la que tiene que hablar. La mayor parte de los nombres que tenemos para referirnos a fenómenos culturales no fueron elegidos por sus autores, sino por los críticos y gente adversa a ellos, como es el caso del término “impresionismo”, “punk” o “trap”. Si nos remontamos al origen estricto de la palabra, seguro que el propósito de su creador sería despreciar ese tipo de música. En los fenómenos culturales, lo que hay es una reapropiación de esos insultos. Lo que hago es más bien redefinir el concepto de trap para que sea lo suficientemente amplio como para dar cuenta de los usos cotidianos del mismo. La definición de trap más amplia posible no es una definición formal o musical, sino “metamúsica de la crisis”. El trap no es una escena únicamente musical, sino una escena que involucra las redes sociales, la moda, los estilos de baile, el consumo de drogas… Toda una serie de elementos que orbitan en torno a la música como fenómeno cultural primordial para sus seguidores.
P: ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para escribir el libro?
R: Soy muy obsesivo. Mi actividad favorita es estudiar, entonces, documentarme realmente ha sido un placer, hasta tal punto que tengo documentados varios libros que no sé si algún día llegaré a terminar. Este libro lo empecé a documentar en serio a comienzos del verano pasado. Estuve prácticamente un mes escuchando canciones de trap y revisándome las discografías de un montón de grupos que ni siquiera llego a citar, o que lo hago muy por encima. Si el libro tiene unas 400 páginas, yo tengo un documento de Word que tiene casi 1.500. El grueso del trabajo realmente ha sido la síntesis y hablar de las figuras más importantes. Por ejemplo, tenía cantidad de notas escritas sobre Rakky Ripper, que es una “trap queen” granadina, de la cual no pude hablar nada porque intuía que la mayor parte de su trabajo ya había sido ejemplificado por modelos mucho más representativos como La Zowi, Ms. Nina o Bad Gyal. Aunque hable de muchos artistas -alrededor de unos 50- todos ellos me parecen arquetipos de distintos tipos de artista. Hay una serie de arquetipos que son los que yo analizo.
P: Yung Beef se ha quejado en redes porque nadie le ha preguntado para salir en el libro. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
R: A Yung Beef le mandé la portada y me dijo que le parecía una “white shit” -una mierda blanca- lo que me pareció una respuesta muy apropiada porque nunca estaría a favor de un Yung Beef que estuviese de mi lado en algo. Lo propio de Yung Beef es estar en la contra y si estuviese a favor de que se escribiese un libro sobre él, habría perdido toda autenticidad. De todos modos, nosotros no tenemos que pedirle permiso a nadie, lo que aparece en la portada es un dibujo original inspirado en Yung Beef de una manera totalmente legítima. C. Tangana gana 20.000 euros vendiendo camisetas de “Yung Che” con la cara de este trapero granadino y nosotros, unos pobres “mataos” del mundo de libresco, ¿no podemos publicar una portada que ni siquiera es un dibujo o una fotografía original de Yung Beef, sino inspirada en él? A mi parecer, lo interesante de la escena trapera, pero que no termina de calar ni entre los propios artistas, es la vieja idea de la propiedad intelectual, que ha quedado finiquitada por las propias condiciones económicas y materiales en las que nos desenvolvemos, las propias de internet. Con mi libro, “no traigo la paz, sino la espada”, que decía Jesucristo. Todo libro de filosofía se construye a través del agonismo dialéctico y no me hubiese visto incentivado a terminar este libro si no hubiese tenido por detrás a todos esos críticos “presuntos expertos”, que se quieren convertir en monopolizadores del mundo del trap, diciéndome que no tenía derecho a escribir sobre este tema y que no podía hacerlo porque no tenía la autenticidad suficiente para ello. Lo que hago en mi libro es cuestionar esa propiedad de autenticidad desde la primera hasta la última página y apoyándome en la teoría de la realidad que viene desde Parménides hasta el presente.
P: Tras la presentación del libro en Madrid, hubo un hilo en Twitter que trataba la posibilidad de que no te gustase el trap. ¿Es cierto?
R: (Risas) No, lo que dije en la presentación es que una cosa son mis gustos, que son subjetivos, personales e intransferibles; y otra son los criterios objetivos con los que se debe evaluar una obra de arte, que son estéticos, políticos, ideológicos… Lo que reflejé en la presentación es que si hubiese tenido que escribir un libro sobre mis gustos, hubiese dedicado la mayor parte del libro a Kinder Malo, que es lo que realmente me gusta con mi criterio hortera y duro de oído que tengo; pero al tener que hablar de criterios objetivos, que tienen interés por razones sociológicas y filosóficas, Kinder Malo aparece de refilón, no se nombra ni una canción suya, en cambio sí de su hermano Pimp Flaco. La motivación inicial está expresada en el intro y el outro. Escribo este libro porque evidentemente me gusta esa música, pero no coincide conmigo. Para explicarme este fenómeno y analizar mi propia generación, que es la intención del libro, lo que hago es dar un rodeo por todas esas entidades objetivas y públicas, que están ahí: canciones, discos. Si se liberan las horas de reproducción en Spotify se podrá apreciar que mis gustos son malísimos. Lo que la gente no termina de entender es que este libro no está escrito desde un profundo expertizaje, como si yo fuese el máximo representante del trap. La prensa me ha atribuido esta categoría de filósofo del trap, pero a mí me gustaría ser más bien el trapero de la filosofía, alguien que le lleva un espíritu de frescura y desprejuicio. Me interesa traer ciertos valores del trap a la filosofía, que no acudir al trap para demostrar ciertas teorías filosóficas. Quien abra el libro verá que es un texto ameno en comparación a lo que suelo escribir y es un libro en el que la filosofía no está aplicada mecánicamente como si mi objetivo fuese demostrar teorías de filósofos. Es al revés, las cito brevemente sin abrumar al personal porque me parecen indispensables y necesarias.
P: ¿Qué diferencias o similitudes resaltarías entre Pvxxr Gvng y Ladroga Lab, siendo que surgieron a la vez pero son tan distintas?
R: A Pedro Ladroga le dedico todo un capítulo, que habla sobre el vaportrap -término que ya existía pero yo resignifico-. Por vaportrap se entiende tradicionalmente un tipo de música electrónica que toma elementos de la música urbana. Yo aquí lo definí a la inversa: la música urbana es la que toma elementos de la electrónica. El ejemplo más paradigmático de esto creo que es Pedro Ladroga, que empezó a hacer música próxima al vaporwave a comienzos de la década del 2010 y efectivamente, en el libro comento como hicieron un concierto conjunto: Pvxxr Gvng con Cecilio G -que estaba todavía dentro del grupo- y Ladroga Lab. A continuación, se refleja en el libro la razón por la que Pvxxr Gvng tuvo tanto éxito. El ritmo de producción de Pedro Ladroga es inasumible por el mainstream, lo era también en parte el de Kefta Boys, pero Pvxxr Gvng entra en un ritmo más pausado y más consciente de la lógica de los medios de comunicación que Pedro Ladroga no tenía. Para mí, visto retrospectivamente, me parece más interesante la obra de Pedro Ladroga que la de Pvxxr Gvng, precisamente por el desmantelamiento de la lógica del espectáculo y de la identificación de un autor con un conjunto limitado de obras, su desparramamiento por varias plataformas y también especialmente, cómo va revisando de forma constante su pasado. Esto es un aspecto muy interesante del artista. Su presente se caracteriza por su obsesión con lo pretérito, lo que yo califico como “retrofolk” o “retromanía”. Con ello, es normal que Pedro Ladroga sea una especie de profeta, porque la mejor forma de anticipar el futuro es seguir obsesionado o preocupado por el pasado. Pedro es uno de los pocos músicos que sus últimos estrenos son discos de hace tres, cuatro o cinco años. El mismo ejemplo sería mi libro, no sé si es del futuro o del pasado, yo lo veo como un libro póstumo hasta cierto punto y pretérito. Es decir, un libro sobre trap se debía haber escrito en 2017. En 2019 yo lo veo como un fenómeno que atiende más bien al pasado que a otra cosa.
"Un libro sobre trap se debía haber escrito en 2017. En 2019 yo lo veo como un fenómeno
que atiende más bien al pasado"
P: De toda la escena analizada, ¿qué artista crees que ha sido el que más ha aportado al panorama y por qué?
R: A mi parecer, Cecilio G, Albany y Somadamantina. Los tres tienen un perfil un poco más “depresivo” sin llegar al postureo del “sad boy” Goa, que también es de Valencia y a mi juicio lo lleva a un extremo un poco heavy. Aunque sea auténtico, no lo estoy viendo desde el punto de vista de si es verdad o no lo que transmite en sus canciones, sino desde la objetividad. Me parece que sus tremas son un poco más flojos que por ejemplo la “Intro” de Cecilio G en “Million Dollar Baby”. Esa canción se la puse a mi abuela de 80 años, cuyo marido falleció a penas un par de meses, y se echó a llorar. Ese es el punto que tiene Cecilio G y que vuelve a una pregunta que hemos comentado antes, para saber qué es el trap no hace falta leerse un libro, y menos uno tan tocho como el mío que tiene 400 hojas, basta con salir a la calle o que te llegue un nieto un poco pesado como soy yo y te ponga un tema de Cecilio G. Verás como alguno de estos temas, no sólo de Cecilio G, sino de otros artistas también, te va a tocar alguna fibra sensible, porque lo característico de la música, analizada desde Platón hasta Nietzsche, es que apela directamente a las emociones o la voluntad sin mediación del raciocinio. No requiere explicación ni definición de qué es el trap y por qué motivo emociona.
P: ¿Cómo dirías que influye el trap en la sociedad y especialmente entre sus consumidores?
R: Mi pregunta no es qué hace el trap por la sociedad sino qué hace la sociedad por el trap. Es decir, cómo la propia estructura social se refleja en el trap. En lo referido al feminismo, por ejemplo, las condiciones económicas en las que se encuentra la mujer son las que hacen que el tema del trabajo sea mucho más explícito y esté mucho más presente en las letras de Bad Gyal que en las letras de otros artistas, esto me lo dijo ella misma en una entrevista, refiriéndose a que los “traperos” suelen hablar de “josear” o de estar con su oro, pero como si fuese algo caído del cielo; mientras que las mujeres hablan más bien de sus obligaciones y del intento de desmarcarse de esas expectativas reproductivas de que una perrea porque quiere tener sexo, una quiere tener sexo porque quiere tener novio, quiere tener novio porque quiere casarse y una quiere casarse porque quiere tener hijos. Esa escalera mecánica que llega desde el perreo hasta el matrimonio y tener hijos, es una escalera que las “traperas” preferirían poner en pausa, aunque algunas de ellas habiendo tenido ya hijos, sin embargo, se reapropian, reafirman y empoderan en esa posición, como es el caso de La Zowi.
P: ¿Cómo sintetizarías la relación entre feminismo y aspectos del trap como las uñas largas o mover el culo?
R: Creo que hay dos planos. En el lingüístico tenemos una decodificación, descontextualización y resignificación de ciertos términos que hasta entonces eran peyorativos, como es el caso de bitch o puta, que pasan a convertirse en puras onomatopeyas, vocativos o exclamaciones. En el plano físico, que se refleja en aspectos como el perreo o las uñas largas, entre otros; existe por un lado una reafirmación de las mujeres y su propia sexualidad frente a los cánones que pretendía imponer el rap sobre la vestimenta de las mujeres -ropa ancha, que no permitía casi bailar-. Finalmente, la cuestión de las uñas, que parece un tema menor, pero llega incluso a visibilizar una serie de contradicciones que surgen de la comparación entre el trabajo manual y el intelectual. Lo que están dejando ver las “traperas” con esas uñas es que -afortunada o desafortunadamente- han escapado de la clase trabajadora, ya no tienen que trabajar con sus propias manos y para ellas es una especie de “quemar las naves”, un intento de pasar ese punto de no retorno en el que puedan dedicarse a trabajar como artistas, en vez de trabajar manualmente para grandes empresas. Un buen ejemplo sería el vídeo y tema de La Zowi: “No lo ves”.
En el trap "existe una reafirmación de las mujeres y su propia sexualidad"
P: ¿Qué opinas de las censuras a artistas como C. Tangana o Kaydy Cain por sus supuestas letras machistas?
R: En el caso de C. Tangana me parece que los que censuran entran en su juego. Yo acuño la expresión del arte político participativo o interactivo para referirme a aquellos temas en los que C. Tangana encarna modelos de vicio como son el corrupto o el machista, justamente con el objetivo o la finalidad de que las redes sociales, con sus “ofendiditos” y también los “políticamente correctos” se lancen sobre su cuello y denuncien aquello que él encarna. El caso de Kaydy Cain lo veo más problemático. Aquí entramos en la división entre lo que se hace en la ficción, que evidentemente tiene reflejo en la realidad, y lo que uno hace en su ámbito privado violando todos los criterios éticos y morales habidos y por haber. Hoy en día, uno lee los titulares de El Mundo Today y no son muy distintos de los titulares de El Mundo a secas. Dada la espectacularización del día a día, resulta muy difícil discriminar lo que es ficción de la realidad, lo que es arte y lo que ya no es una “performance”, sino la vida, con un jefe abusador, un novio maltratador, etc. Llegados hasta aquí, yo separaría lo que es la censura a figuras como C. Tangana, que tiene todo un dispositivo técnico y artístico para provocar precisamente esa censura, de otros artistas -algunos de ellos inocentes a mi juicio- como es el caso de Kaydy Cain, que simplemente tuvo esa mala idea de grabar un videoclip con pocos recursos una tarde en un hotel y no se le ocurrió nada mejor que atar con cinta de carrocero a una pobre chica que se dispuso para ello. Luego ya estarían casos más problemáticos como los de Kidd Keo o Antonio Castelo por razones varias que están analizadas y explicadas en el libro.
P: ¿Hacia dónde crees que se dirige el trap en un futuro?
R: Aquí la respuesta es una negativa absoluta. En todo caso, hablando en presente me parece que la crisis económica que se avecina, motivada en buena medida por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, por la situación de inestabilidad en la que se encuentran algunos bancos y por la guerra económica entre EE.UU. y China, va a provocar tal cataclismo social, económico y político en este país, que puede que del trap no sepamos ya nada dentro de tres meses. Es un poco pesimista, pero creo que la cosa va por ahí y esto no lo digo yo, también artistas como Cruz Cafuné en El Bloque, igual con un toque menos apocalíptico, pero es un poco la idea. Para mí todo está determinado por la economía, si de repente esto se va al traste, el trap va detrás.